En el país se llevan a cabo más de mil estudios clínicos. La investigación clínica posiciona a Argentina como un referente en ciencia.
Cada avance médico que hoy damos por sentado, desde una vacuna hasta una droga para el manejo del cáncer, fue posible gracias a la investigación clínica y, en el marco de su Día Mundial, que se conmemora este martes, la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEMe) destaca el impacto real de esta actividad en la salud de millones de personas, el compromiso de quienes la impulsan y el papel central que cumple en el desarrollo de medicamentos seguros, eficaces y de calidad.
La investigación clínica es mucho más que un proceso científico: es una puerta abierta a nuevas posibilidades cuando todo parece haberse agotado. Para muchos pacientes, representa la oportunidad de acceder a tratamientos innovadores antes de que estén disponibles comercialmente, especialmente en casos de enfermedades que no tienen opciones terapéuticas aprobadas o en las que los medicamentos que existen ya no hacen efecto. Para sus familias, puede significar la esperanza que necesitaban para seguir adelante.
“Gracias a la investigación clínica, hoy existen tratamientos para enfermedades que antes eran incurables. Cada ensayo clínico es una oportunidad para mejorar, aliviar o inclusive salvar una vida. Valoramos enormemente la confianza de cada voluntario que decide participar: sin ellos, los continuos avances de la medicina no serían posibles”, afirmó la Dra. Susana Baldini, Directora Médica de CAEMe.
Actualmente, las compañías asociadas a CAEMe (incluyendo a CAOIC) están llevando a cabo en el país más de 1.000 ensayos clínicos. Recientemente, se publicó el informe sobre I+D de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología de la Nación, que mostró que en 2023 la inversión en investigación clínica fue de 750 millones de dólares, cifra que representa el 46% del total invertido en I+D por el sector empresarial argentino (por ej. software y químicos, entre otros).
De las 57 compañías relevadas en el informe, 28 están asociadas a CAEMe (incluyendo a CAOIC) y explican el 93% de la inversión y el 85% del capital humano involucrado. Las cifras reflejan que esta actividad productiva de la economía del conocimiento atrae la inversión extranjera generando ingreso genuino de dólares (9,5 de cada 10 dólares que ingresan al país a través de actividades de I+D, provienen del sector de investigación clínica).
Los estudios clínicos se llevan a cabo siguiendo rigurosos estándares internacionales, tanto a nivel ético como de calidad, cuidando la seguridad de los participantes. Al mismo tiempo se realiza el desarrollo farmacéutico y analítico del futuro medicamento, para que al llegar a las manos de quien lo necesita, esté garantizada su seguridad, eficacia y calidad.
Además de los beneficios particulares, los estudios farmacológicos aportan a la construcción de conocimiento médico para toda la sociedad. “Lo que aprendemos hoy puede salvar vidas mañana. La información que se genera en cada investigación nos permite entender mejor las enfermedades y diseñar terapias más efectivas para las próximas generaciones”, sostuvo la Dra. Baldini.
Por otro lado, la investigación clínica tiene un impacto positivo en el sistema de salud en su conjunto: permite la formación continua de los profesionales de salud, que acceden a capacitación, tecnología y protocolos internacionales de alto nivel. También fortalece a las instituciones que participan, dotándolas de infraestructura, recursos y vínculos con centros de excelencia global. En 2023, los asociados de CAEMe y CAOIC celebraron alrededor de 4.000 contratos para el desarrollo de investigación clínica.
Este esfuerzo es posible gracias al compromiso sostenido de la comunidad científica, los equipos profesionales, centros de salud, organismos regulatorios, comités de ética y, fundamentalmente, las personas que confían en la ciencia y participan activamente de los estudios.
“Cuando un paciente participa en una investigación, se convierte en parte del cambio. No se trata solo de datos: se trata de historias reales, de personas que apuestan al futuro, a la contribución para vivir mejor y generar nuevo conocimiento”, subrayó.
Desde CAEMe, remarcaron además que “la investigación clínica es el origen del desarrollo de medicamentos innovadores, siendo un pilar imprescindible para garantizar que los medicamentos aprobados sean seguros, eficaces y de calidad. La investigación clínica brinda el respaldo a las terapias que resultan de años de trabajo riguroso de miles de profesionales, y del compromiso de quienes impulsan esta actividad, invirtiendo sostenidamente en ella”.
Por eso, ante una enfermedad o un diagnóstico complejo, saber que existen estudios clínicos en marcha puede marcar una diferencia. Detrás de cada tratamiento, hay ciencia, años de desarrollo, tecnología de punta y, sobre todo, un objetivo común: mejorar la vida de las personas. Ante cualquier duda sobre la posibilidad de participar en un estudio clínico, se recomienda siempre consultar con un médico de confianza.
Fuente: NA